27 de febrero de 2012

Playlist de Canciones Desechadas

Las canciones de esta playlist no son rarezas, porque muchas de ellas son bastante conocidas, ni tampoco caras B, porque la mayoría estaban en EPs, así que he tenido que titularla "Canciones desechadas" porque son temas que -inexplicablemente- quedaron fuera de la discografía oficial de los grupos, de esos llamados "álbumes de estudio de larga duración". 

Normalmente, alguien a quien no le gusten mucho estos grupos, no llega a acceder a este tipo de canciones, por eso, aunque no lo he hecho a propósito, es lógico que me haya quedado una lista de reproducción muy de fan y, eso sí que no sé muy bien por qué, muy de karaoke. Sólo con que una persona llegue a disfrutar de ella aunque sólo sea la mitad de lo que lo estoy haciendo yo, ya me doy con un canto en los dientes.


Tengo apuntadas ideas para el blog en una libreta en la que desde el principio aparecía esta playlist pero "Magnesia" no era una de las seleccionadas. Lo es ahora casi por encargo, porque surgió en una conversación de sábado por la noche en la que discutíamos los diferentes grados de "ñoñor" de las presentes.
Este tema de La Buena Vida abría un EP con el mismo título. Confieso que me lo compré porque siempre me ha costado escuchar durante mucho rato a este grupo -nunca he sido muy de dulce- y pensé que si el disco sólo tenía cuatro canciones podría soportarlo. No es que no me gusten, al contrario, tienen temas que son bonitos con todas las letras: la b, la o, la n, la i, la t, la o y la s, todas en mayúsculas, pero los discos enteros me cuesta, qué le voy a hacer. "Magnesia", sin embargo, la escucharía sin parar. La canto intentando no ahogarme y cada vez me gusta más, aunque ahora tenga un regusto amargo por la muerte de uno los componentes del grupo el año pasado (debería buscar el nombre, lo sé, pero hoy mi conexión de Internet es horrible y no puedo hacer prácticamente nada, tengo que ahorrar los megabytes). [Pues resulta que "Magnesia" no está en Spotify, así que añado "Jamie" de Weezer, a la que me refiero más abajo, para cerrar la lista]

Amarga, y mucho, es "The Living End". Como muchas chavalas de mi edad -aunque, evidentemente, creía que era yo sola- hace quince años estaba enamorada de Brett Anderson. Muy lista yo, estaba convencida de que, en realidad, no me gustaban tanto los Suede por su música como por mi admiración por Anderson. A veces hasta llevaba el look completo: pelo corto con flequillo de lado largo (a lo Winona Rider, para que nos entendamos), pendientes de aro, y de negro riguroso con unos pantalones de fallero de mi hermano a los que les tuve que cortar el forro de los bolsillos para que me cupiesen las caderas y que me venían para ir a regar, pero yo creía que iba estupenda. 
Esa convicción cambió cuando los vi en directo por primera vez, y gran parte de la culpa la tuvo "Europe is our playground", una de las caras B que se pueden encontrar también en Sci-fi lullabies, que no había escuchado antes y que me pareció espectacular. 'Flipé' tanto en el concierto que el amor por mi Brett pasó a un segundo plano y me di cuenta de que me iba a quedar freaky y enferma para siempre. 
Años después, en el que se suponía que iba a ser el último concierto de Suede (me cago en sus muelas), tuve la suerte de escuchar "The Living End" en vivo. Volvió a salir la fan y hasta las lágrimas. Fue un espectáculo y un regalo irrepetible. Por eso me da miedo volver a verlos en directo. Adiós Suede.

El hombre al que no le gustaba posar... ni ná.
Benicàssim, 1996. Los Jesus & Mary Chain tienen que tocar este año después de que el anterior no llegaran a hacerlo. Los Bluetones, Los Planetas (qué disgusto, madre) y algún grupo más caen de cartel a última hora; la organización tiene que rellenar hueco. Escenario pequeño, atardece y sale un grupo con un cantante muy delgado. Los reconozco y me emociono, aunque en realidad no sé quiénes son y así se lo comunico al de al lado cuando me pregunta. Pienso en mi interior que son Deacon Blue (menos mal que me callé) pero luego me acuerdo que falta una chica y sigo sin situar la familiar cara del cantante. Entonces empieza... ¡"Snakedriver"! Eran los mismísimos señores Chain a plena luz del día. Repetirían por la noche con la luz y el ambiente adecuado, y volverían a empezar con ese tema que estaba en la banda sonora de El Cuervo.
Ese concierto debería haber estado también en la Playlist de Momentos En Vivo Para Morirse pero, como pasa con muchos de los recuerdos de las primeras veces, en este seguramente "cualquier parecido con la realidad hubiera sido pura coincidencia".

Me costó años averiguar cómo podía ser que una canción de Garbage que fue todo un hit (no puedo buscar el nombre pero era esa del "parapa pa parapa pa..."), se pareciese tanto a "Mi hermana pequeña". Descubrí con el tiempo que ambas beben del "Something's wrong" de los Jesus & Mary Chain pero estuve mucho tiempo rayada pensando que un grupo tan famoso pudiese conocer a Los Planetas.
He estado a punto de no ponerla en la playlist porque "Mi hermana pequeña" está un poco "sobada" de más y porque hay muchos otros temas "escondidos" de los granadinos que deberían haber estado en un disco. De hecho, lo están: en un recopilatorio, Canciones para una orquesta química, que juré que nunca me compraría porque incluye las caras A de los singles -que ya están en los discos- y me parecía un timo. Hoy me lo he comprado, ups. Me he dejado llevar por la razón, porque esos temas los tengo en cassette grabado de la radio y no los puedo subir al blog, y por el espíritu fan que nos invadió a unos cuántos el sábado en el concierto de Grupos de Expertos SolyNieve (con el cantante de Los Planetas, ese hombre que parece no tener derecho a envejecer según algunos comentarios, al frente).
Es muy divertido ser fan, especialmente ahora. Todo lo que tiene de "coñazo" ser adolescente cuando lo eres, lo tiene de divertido ser adolescente cuando ya no tienes edad para serlo. Llegas a ser consciente de que estás haciendo el ridículo pero... hay tantas cosas peores que se pueden hacer.
Uno de los temas de Los Planetas de los que salieron en EP (uno con un nombre muy largo) que más me gusta es "Prueba Esto". Hasta el vídeo me gusta; es de los pocos del grupo que se salva y lo hace sólo porque sale Juan de Pablos.

Si hay un grupo que merece la pena por sus canciones desechadas es Weezer. En realidad, como el resto de las de la lista, no es que las tirasen a la basura. Es más, esos temas que no están en los discos son casi más populares que los que los están. Con Weezer es todavía más exagerado: "Jamie", "Suzanne", "Devotion", "I just threw out the love of my dreams", versiones, etc. Las mejores canciones de Weezer son las escondidas.
"You gave your love to me softly" es un clásico. Es Weezer en estado puro. Es una píldora de emoción y fuerza. Bonita con ñoñor y sin ñoñor, en acústico y en directo. Un temazo, vaya. Weezer sí tienen muy buenos vídeos pero este, que ni es oficial y ni es siquiera videoclip, es uno de mis favoritos.
En esta lista en la que aparecen muchos de mis grupos favoritos, si me preguntase cuál es mi canción favorita de cada uno de ellos, lo pasaría mal. Con Pulp, sin embargo, lo tengo claro: "Seconds". Adoro sus discos y adoro todo lo que han hecho: imagen, vídeos, conciertos... como dice el propio Jarvis Cocker, son "una obra de arte completa". Pero este tema es inalcanzable. Empieza como "Do you remember the first time?", que sí que estaba en el His'n'hers, pero esta canción, que se coló en el Sisters EP, va creciendo y creciendo hasta que llega a un estribillo sublime. Es el mejor Pulp, cuando aún no se habían rendido al pop alto y claro, y hacían pop sucio y oscuro sacado de los '80 cuando, en pleno resacón de esa década, nadie lo hacía, ahí con un par. 
"Seconds" estuvo en esta playlist desde el principio, igual que "I can't stop partying", una canción que no es plenamente de Rivers Cuomo porque la letra es de un rapero. Cuomo la hizo suya con una música melancólica que nada tiene que ver con el espíritu festivo original de la canción. Interpretación majestuosa. Se la guardó para sus grabaciones caseras y sólo la toca con Weezer en algún directo. Que lo vean estos ojos, por favor.
No me enrollo más que, además de faltar a mis propias reglas (esas listas de 5 canciones... en fin, Serafin), mi conexión de Internet está al límite. 

20 de febrero de 2012

Playlist Instrumental

Antítesis de la playlist de la semana pasada. Una serie de canciones que nos engullen. Inventar las palabras, pensar lo que nos dicen, bailar por dentro -sin moverse- y creer sin oponer resistencia. Una lista de reproducción larga y exigente que requiere de todos nuestros sentidos y de nuestro tiempo. Tiempo del bueno, del de calidad. Como decían en Doctor en Alaska: "Tiempo para estar".


El tema de Yo La Tengo es el que más me ha costado elegir. Los otros los tenía claros y sabía también que el grupo de Hoboken tenía que estar en esta playlist pero era difícil quedarse con una canción. Ellos, que han hecho de todo y siempre bien. Tienen todo un disco instrumental, en el doble recopilatorio que se llama Genius + Love = Yo La Tengo (el título puede sonar a que no tienen abuela pero es, objetivamente, el que mejor les define), y sin embargo, he preferido robar una canción de otro sitio y empezar la lista como ellos empezaron ese mítico I can hear the heart beating as one. Ese disco fue para mí el inicio de una historia de amor con YLT que todavía sigue; más que un amante, una familia. Gracias a ellos logré salvar, a veces in extremis, muchos exámenes de la universidad. "Return to hot chicken" abre un disco con el que me podía concentrar y desconcentrar en su justa medida. 
Maestros en todo, también lo son sin tener que hablar. La mejor muestra fue su espectáculo The Sound Of Science donde ponían música en directo (instrumental) a las películas sobre la vida marina de Jean Painlevé. Fue como ver documentales de La 2 pero sin que dieran ganas de dormir; un verdadero viaje submarino donde se hacía verdad eso de "sumergirse en el mundo de". Qué buen bañito nos pegamos en el Royal Festival Hall con Yo La Tengo. 

Folleto del concierto The Sounds Of Science 2007
He estado bicheando por la red y he averiguado que "Chemistry" es una canción del tercer disco de U.N.K.L.E., War Stories (2007), en la que resulta que colabora -supongo que a la guitarra- Josh Homme, el cantante de Queens Of The Stone Age. Pero la verdad es que no tengo ni idea de dónde he sacado este tema. Estaba en mi iPod, que lleva la misma música desde hará unos cuatro años o más, y siempre que sonaba (tengo tendencia a llevar el modo aleatorio), tenía que tirar la mano al bolsillo para mirar de quién era esta canción; hasta que al final ya se me grabó en la memoria emocional que era el temazo de U.N.K.L.E. 
Me gustaría escuchar más de este grupo y de ese pequeño genio precoz que es su responsable, James Lavelle, pero de momento me conformo con no poder dejar de escuchar "Chemistry". Es un ejemplo perfecto de cómo podemos llenar la música instrumental de nuestras vivencias o de las de otros. Cada vez que la escuchas te puedes imaginar una película distinta en tu cabeza.
Los que sean demasiado perezosos que no se preocupen porque U.N.K.L.E. también es un auténtico artesano en la parte visual y sabe, igual que en su música, sacar lo mejor de los demás. Es como si en un examen se copiase las respuestas de sus compañeros y luego consiguiera mejor nota que ellos. Sus vídeoclips son auténticas maravillas y, seguramente, parte de su éxito se lo deba a su trabajo con el sensei Jonathan Glazer en el impactante (en serio, si sois muy sensibles o hipocondríacos o simplemente empatizáis mucho, no lo veáis) Rabbit in your headlight. El buen gusto y espíritu de trabajo en equipo de Lavelle es indiscutible. Dicen que la unión hace la fuerza.

Yo también quise hacer vídeoclips un día. Explosions in the Sky me recuerdan por qué no los hago. Llevo toda la tarde escuchando esta playlist y cuando llega el minuto 2:35 de "First breathe after the coma" sigo sin poder evitar dejar caer un par de lagrimones. 
Hace tiempo tuve que hacer un trabajo para un curso de edición de vídeo digital pero, como no tenía cámara, me las tuve que ingeniar con fotos y trucos baratos de After Effects. El caso es que hice un homenaje de unos diez minutos a la correspondencia de papel y tinta que se tituló "Hymn to the Postal Service" (sí, me lo copié de Hefner). Reuní las cartas que me habían mandado, pedí a mis amigos que me mandasen más, y perseguí a mis compañeros de trabajo hasta que tuve varias caligrafías e idiomas que incluían, entre otros, el húngaro, el euskera, el italiano, el polaco, el hebreo, el afrikaans e incluso el somalí. El resultado fue mucho mejor de lo esperado y, aunque la edición era una patata, tuvo bastante éxito entre mis compañeros de curso. La profesora me perdonó la vida y me animó a mejorar el montaje para que el contenido no se viese mermado por la falta de técnica. Después de mucho tiempo, pude dar el vídeo por terminado y lo quise pasar a un disco duro externo, que había sido un regalo de cumpleaños. No sé qué pasó que se fue todo al carajo. Creo que, aparte de mí, sólo Emilia -a cuya sobrina estaba dedicado el vídeo, no sé muy bien por qué- llegó a ver la versión final. Todo el trabajo, todas esas cartas, al garete. Intenté repetirlo desde cero pero mi ordenador no lo resistió. 
Explosions in the Sky venían al final del vídeo, cuando la parte melancólica daba paso a la nostálgica: las postales. Esas imágenes que nos ayudan a imaginar a nuestros amigos en lugares exóticos a los que puede que nunca lleguemos a ir pero que ya formarán parte de nuestra memoria. Como dice el título del disco donde se encuentra "First breathe after the coma": The Earth is not a cold dead place. "Hay un millón de mundos por descubrir". 
Sé que está mal llorar por las cosas materiales y podría decir, para que quede mejor, que en realidad lloraba la pérdida pero no es verdad. Todavía lloro porque no supe grabar bien un archivo de mierda y ya casi ni me acuerdo de cómo era ese vídeo. 
Tanto con Diabologum como luego con Expérience, Michel Cloup siempre ha sabido muy bien cómo ir atrapando al personal. Pese a que su voz y sus textos (para quien los entienda) son una de sus mayores armas, con este "West Houston Street", que estaba en el gran Aujourd'hui, maintenant de Experiénce, demuestra que también es capaz de transmitir su rabia, su energía y su intensidad sin tener que hablar. [Este tema no está disponible en Grooveshark, así que he puesto "Madlic" de Goodspeed You! Black Emperor de Allelujah! Don't Bend! Ascend!]
Cuando escuchas a Mogwai imaginas a unos tipos con la imagen de Michel Cloup: cazadora de cuero, mirada de las que pone nerviosica, francés muy francés, y no precisamente alguien con quien te pondrías a hablar de fútbol o de la nueva entrega de X-Men. Y sin embargo, es todo lo contrario. Una de las cosas que más me gusta de Mogwai es su aspecto de hooligans, su acento escocés, lo majos que parecen sobre el escenario y lo normales que se les ve. 
Sus conciertos son toda una experiencia. Encienden la mecha, se va quemando y al final explota. Como el tema que he elegido para la playlist: Mogwai en estado puro. El problema es que no sé ni cómo se llama ni de qué disco es [Mireia, ajuda que me'l gravares tu!]. Creía hasta ayer que era del Rock Action pero resulta que en ese álbum sólo hay ocho temas y en mi CD hay 17. Por la duración de las canciones les he podido poner nombre a la mitad de temas pero los primeros no sé de dónde son. Me he fijado y en el compact disc puse: "Rock Action +", pero no puse más "qué". En cualquier caso, poco importa; la Pista 01 es para morirse o, mejor dicho: para dejar que Mogwai te maten. 
The Road
Sigo con falta de información. El disco de Stuart A. Staples parece una recopilación de grabaciones porque se titula Lucky Dog Recordings 03-04 pero no sé mucho más sobre él. Estaba en una charity (en este caso una tienda Oxfam de cosas de segunda mano), en un sobre, sin caja, porque seguramente era una copia promocional. Es una auténtica maravilla de disco y la canción que lo abre es pura belleza. Sé que he hecho algo de trampa porque hay voz pero creo que "uuuh uuuh" se puede entender como instrumental. 
Cuando vi la película The Road hubo un momento en que sonó una música que me hizo salir de un salto del agujero en el que estaba metiendo poco a poco. Era el mismo piano que suena en "Somerset House". Pensé: "Oh, Stuart Staples en la banda sonora, qué buena elección". Pero no. La banda sonora es de Nick Cave & Warren Ellis y parece que en el tema "The Road" eligieron la misma melodía que Staples. En los créditos ponía de qué compositor archi-famoso era la música de piano pero ya no me acuerdo. Me quedó la misma sensación de tonta que tuve una vez en que, paseando con una segunda cita, vi una pintada que ponía: "She walks in beauty like the night", a lo que solté yo toda emocionada: "Hala, ¡qué fuerte! ¡Han pintado una letra de Suede!" (es el inicio de "Heroine" en Dog Man Star). Mi acompañante, muy británico él, contestó: "Eeeeh, no. Es Shakespeare". 
Por aquellas cosas del "chincha rabia", he de constatar que el cantante de los Tindersticks lo hizo primero, así que, aunque sólo sea por eso, elijo su versión. Además, pese a que no está en la película, es una auténtica canción de supervivencia. La copia de la charity no estaba en el mejor estado (creo yo) y parece constantemente que "Somerset House" se va a enganchar, se asoma el desastre (odio que se quede enganchado un CD, lo odio con todas las letras), pero siempre sigue adelante junto a esa pandereta a la que le cuesta sonar pero que al final suena. 

14 de febrero de 2012

Playlist Rompe Pistas

Puede que el título de esta playlist sea un poco pretencioso y que resulte que estos temas sólo me muevan (en sentido literal) a mí pero me da que no es así. Lo siento por los que tengan que trabajar; yo me pienso poner esta lista en repetición hasta que acabe como la de Fama, dando vueltas sobre el suelo (bueno, ese era su doble) y hasta caminando por la pared para dar una voltereta mortal. A los tímidos nos da vergüenza pedir la hora o llamar por teléfono pero tenemos un sentido del ridículo muy extraño que nos permite bailar sin complejos temas como los que conforman esta Playlist Rompe Pistas. A bailar todo el mundo.


Si bien esta lista es perfecta para realizar las labores del hogar, la primera canción es más de coreografía de danza contemporánea -supongo que habrá alguna modalidad para combinar ambas cosas pero de momento no la he probado. Hay discos que, aunque no lo pretendan, son perfectos para bailar. No me refiero a coreografías estudiadas y pasos aprendidos en la academia, sino a burdas imitaciones en la privacidad de nuestro cuarto. When I was born for the 7th time de Cornershop es perfecto para practicar danza del vientre psicodélica y las Supremes o Ike & Tina Turner lo son para sudar y morir descoyuntado. Screamadelica de Primal Scream es para "flipárselo" cual Nureyev, luchando contra la gravedad e intentando espatarrarse sin éxito. "Movin' on up" no sólo abre el disco sino que seguramente es la mejor canción del mismo. Bobby Gillespie juega a ser James Brown y, pese a que es como si yo me pongo a imitar a la Pantoja, sale más que airoso. 
Los vi una vez tocando este disco entero en un concierto en el Hammersmith Apollo de Londres pero fue una tortura porque no nos dejaban levantarnos de las butacas ni beber ni de nada. Luego resultó que esa actuación sale en una película que se llama 9 Songs, lo cual todavía me enerva más porque no tiene sentido cargarse lo que podría haber sido una gran experiencia para cientos de personas por un resultado tan cutre. 

Todo lo contrario que en el concierto de Pulp en el Primavera Sound de 2011. Karaoke multitudinario, empujones, amigos perdidos y Jarvis Cocker haciendo de las suyas (lo de la pedida de matrimonio del adolescente heavy a su novia no se ve ni en la Super Bowl). La inclinación discotequera que el señor Cocker nunca ha escondido se pudo ver satisfecha en esa reunión de Pulp pero ya antes, después de que los de Sheffield se separasen y cuando Jarvis aún ni se había dejado barba ni se había puesto serio, formó un ¿grupo? que se llamaba Relaxed Muscle que pasó injustamente sin pena ni gloria y que a mí me parecían muy divertidos.

Portada del single de "Sexualized" de Relaxed Muscle
A estos los vi un 20 de octubre de 2003 (Wikipedia) en lo que fue uno de mis primeros conciertos en Londres. Por desgracia para mí fue en un sitio que los lunes se llamaba Trash. Digo "por desgracia" porque fui pensando que iba a ver sólo el concierto pero resulta que éste formaba parte de un "club", así que estuvieron pinchando hasta las tantas antes de que saliesen a tocar y tuve que hacer tiempo paseando solica cerveza en mano entre la juventud hasta me senté en unas escaleras y casi me pisa un esperpento de hombre que resultó ser Jarvis Cocker. Hay un vídeo en YouTube donde se puede ver la parte más "tranquila" de esa infame actuación de Relaxed Muscle y, si se tiene la paciencia suficiente, hacia el final del vídeo se descubrirá (hay que estar atento, advierto) a otro conocido... hasta ahí podemos leer.

"Disco 2000" es un indudable rompe pistas y también supuso todo un hito en mi carrera radiofónica. Me tocó hacer un especial de fin de año para el programa que teníamos, pese a que normalmente yo no estaba en el control técnico. Todo salió bien y, como estábamos entrando en el año 2000, tenía que cerrar con esta canción. Gran emoción y gran karaoke que me marqué en el estudio... sin darme cuenta de que el micro estaba aún encendido. Ups. Y es que un tema rompe pistas, además de bailable, tiene que ser cantable. Que les pregunten a mis vecinos, pobres. 


Según cuenta la leyenda (o según la recuerdo), Astrud se conocieron en un concierto de Pulp  y uno de los componentes declaró su amor musical hacia el otro con una versión del "Something Changed" del mismo Different Class en el que se encuentra "Disco 2000". 
En esta playlist rompe pistas y "buenrollera" donde las haya no podía faltar "Bailando" (tampoco debería faltar el "He's on the phone" de Saint Etienne pero hace tan poca justicia al resto de sus composiciones...). Pese a que cada vez las noticias se parecen más al "día de la marmota" y esto parece un bucle del que no se va a poder salir, aunque sólo sea de vez en cuando, hay que poner buena cara al mal tiempo. Este martes es San Valentín y sería bonito que alguien lo celebrase con esta playlist. A quien se la sople San Valentín, que lo baile también, que de todos modos estas canciones no son de bailar "agarrao".
El 14 de febrero es un gran día para mí. Este martes hubiera hecho 9 años en el Reino Unido. "Bailando" fue, con coreografía incluida, una de las canciones que sonaron en mi despedida antes de partir a la Inglaterra profunda de Benny Hill. Curiosamente, aunque no lo pensé, también sonó en mi despedida londinense. Cuando me fui de mi último trabajo mandé un correo a mis compañeros (a los ingleses les encantan esas cosas) y les adjunté el tema de Astrud. En las cervezas posteriores descubrí con asombro y satisfacción que algunos de ellos ¡se la habían aprendido!; cuando vi a una hongkonesa, una griega o una polaca cantando "Bailando, bailando, amigos adiós..." como buenamente podían, decidí que mi paso por Londres había merecido la pena. Lo mejor fueron los búlgaros, que ya conocían la canción porque la versión original, que era de un grupo belga llamado Paradisio, fue todo un hit en Bulgaria. Me dio tanta alegría ver la buena aceptación que habían tenido Manolo y Genís en tierras ajenas, que hasta me animé a enseñarles el baile. Ahora mis amigas ya no me dejan que siga haciendo coreografías de moda porque dicen que tengo una edad y una reputación... pero a mí me da igual.

"Eurodisco" de Bis fue tan grande que acabó devorándolos. Este trío escocés hizo un disco en 1998 que encierra la esencia de esta playlist: Social Dancing. Toda una declaración de intenciones que acababa con una década donde la música electrónica era cosa de raves y clubs para los más exquisitos o de bakalao para el pueblo llano. El pop era pop, el rock era rock, cuidado no te equivoques con cómo llamas a cada cosa, y si te gustaba una cosa no te podía gustar la otra. 
En mi primer Benicàssim, en 1996, pusieron al lado de nuestras tiendas una carpa cutre que pensábamos que era para la Cruz Roja pero que resultó que era el "chill out" (a mí como si me hablasen en chino) en la que ponían techno sin parar. Los inquilinos de alrededor se quejaban de semejante aberración con sus flequillos de lado y sus uniformes de negro (que daba un calor verlos...), pero los otros pasaban de ellos y les "insultaban" llamándoles "poperos". Después de tres días de sesión continua, logré llegar a distinguir a los Chemical Brothers de Orbital pero, pese a esta inmersión obligada en el mundo de la electrónica, no duré más de cinco minutos en la actuación de los primeros y prometí que jamás me compraría un disco suyo (sólo tengo un single y fue regalado, no vale). Los segundos me conquistaron y me hicieron olvidar una disputa que nunca entendí muy bien. Bis hicieron que no fuera malo reconocer que nos gusta el pop, nos gusta el rock y nos gusta la actitud pero también nos gusta bailar y nos gusta la electrónica. ¿Por qué hay que elegir?
Primer disco de Bis. Antes de abogar por el baile social, fueron los nuevos héroes del transistor
Baxendale no tuvieron ni la mitad de repercusión que Bis pero estaban subidos al mismo carro. Los escoceses llegaron antes y se hicieron con la mayor parte del pastel pero ambos fueron carne de un momento, un gran éxito y poco más. Los descubrí en una actuación sin saber quiénes eran pero, cuando acabó su concierto, corrimos a comprar el disco. Ese teclado tan orgulloso de su camiseta de "Benidorm 80" cuando estaba en Benicàssim, ese señor que cantaba entre el bien y el mal, esa chica con voz de medio soprano y esa pinta de antigrupo que no les podía llevar a ninguna parte, sólo podían engrandecer más sus ganas, su buen hacer y unos temas que nos hicieron bailar sin concesiones. Levantaron a un público que, a plena luz de la tarde, parecía que estuviese en cualquier discoteca a las cuatro de la mañana. "Music for girls" fue mítico. Acabamos todos con el "ea ea oa, ea ea oooooo" y con un baile muy parecido al de Astrud. Si Bis reivindicaban lo mejor del pop y de la electrónica, Baxendale querían el derecho a poder escuchar "música para chicas". Es cierto que en los noventa un chico no podía ser demasiado pop o tener mucho sentido del humor (seguramente Jarvis Cocker marcaría el límite, más no); igual que todavía es extraño ver a chicas en conciertos de algunos grupos "serios" o más habilidosos como Dinosaur Jr., Mogwai o Built to Spill, que como todo el mundo sabe son grupos para chicos. Lo que no hace falta que justifique es el "bonus track" de esta playlist. Si en las discotecas pusieran más temas como "Battery Acid", del You will have your revenge, no habría que preocuparse tanto por las drogas, porque con canciones así nadie las tomaría. Subidón, subidón. Este tema nunca fue un rompe pistas porque no creo que lo pusieran en ninguna, pero debería haberlo sido. Me da tanta alegría volver a escuchar a Baxendale, que no he podido resistirme y he tenido que poner dos temas. [Baxendale no están en Spotify porque esa peña ni tiene ni p*** idea. Así que al final sí he puesto el "He's on the phone"] Cuando vinieron a Valencia, me gustó tanto de nuevo su actuación que se lo quería agradecer de alguna forma. No se me ocurrió nada más freaky que regalarle a la chica un muñeco de la Guerra de las Galaxias (Episodio I) que había "tuneado" para que pareciese un componente de ABBA (me disfracé en una Nochevieja de la morena y el muñeco era mi acompañante). No sé ni por qué lo llevaba en el bolso; igual fue con premeditación, no recuerdo. Tras ver la -más que comprensible- cara de la teclista cuando se lo di en plan "thank you, very good, thank you" se me quitaron las ganas de volver a agradecerle nada a un grupo, si eso les compro el disco y ya. Como no podía ser de otra manera, esta playlist ha sido inspirada y está dedicada a la gran Whitney Houston y su "I wanna dance with somebody". San Pedro no se aburrirá con estos dos.

6 de febrero de 2012

Playlist Para Viajar

Tras el lapsus animicus de la semana pasada, volvemos a las canciones de menos de cinco minutos con una playlist para la evasión. No para la de impuestos, que de esa ya hay bastante (seguimos con el Festival del Humor), sino para la que nos proporcionan las canciones que ejercen de buenas compañeras de viaje. En el sentido más literal; nada de psicodelia ni de "ay cómo me lo flipo con este tema que mi mente se aleja de mi cuerpo". Simplemente canciones para viajar.


EN AVIÓN. Pese a haber perdido recientemente la capacidad de saber comprar un billete de avión por culpa de un problema de déficit de atención que cada vez tengo más acentuado, lo cierto es que en el pasado he cogido unos cuantos aviones. Saber dormir en una aeronave es fundamental pero también complicado. Por suerte, hay grupos que ayudan. La clave está en buscar algo que te transporte independientemente del avión y así poder olvidar que los humanos no tenemos alas. 
Una vez estuve en el nordeste de Brasil de vacaciones. Veinte días de playa, cerveza fría y un intento frustrado de aprender a hacer surf, pero también de sesiones en la "balada" (la discoteca) con temas del tipo "Ai se eu te pego". Muy divertido y muy integrador pero tras diez días moviendo el culo de un lado a otro como si se me fuera la vida en ello (si no sabes bailar no eres nadie), estaba ya a punto de perder del todo la cordura. En una escapada a Salvador de Bahía tuve que coger el avión y en cuanto despegó: Galaxie 500. Delícia, delícia. Después del empacho de manos arriba y acordeones, el efecto de canciones como "Strange" fue todavía más efectivo que en otras ocasiones. Entre nubes, ni estaba despierta ni dormía y tampoco llegué a levitar porque nunca me quito el cinturón pero la sensación fue fantástica y sólo comparable a algo que no voy a describir aquí. 

EN AUTOBÚS. Antes de poder permitirme hacer viajes a Brasil, tuve una época en la que exploté el National Express, la compañía británica de autobuses más importante del Reino Unido. Ofrecían billetes que te costaban menos que el autobús interurbano así que, armada de un bocata y un discman, aprovechaba mis días libres para visitar todo aquello que se pudiese visitar en el mismo día. Siempre en la ventanilla y con los ojos bien abiertos. Verde, verde, verde y algo de autopista, ese es básicamente el paisaje. Una experiencia que Michel Gondri retrató a la perfección en ese gran vídeo de "Star Guitar" que les hizo a los Chemical Brothers.

La música electrónica de acompañamiento, como UNKLE u Orbital, y casi que cualquier cosa que sea instrumental, son perfectos para ir en un vehículo con ruedas pero a mí en autobús me gustan particularmente los Gorky's Zygotic Mynci. Su música en conjunto es un viaje, coherente pero sin quedarse nunca en el mismo sitio. Hacen cosas muy distintas que sólo pueden entenderse porque son los Gorky's los que las hacen. Ya me he declarado fan de Euros Childs en otras playlists pero en esta quería destacar también a Richard James, el autor e intérprete del "Stood on gold" de How I long to feel that summer in my heart, que también tiene un vídeo bastante chulo, y que continuó en solitario tras el fin de los GZM; no tiene ese punto de genialidad de Childs pero hace canciones bonitas y es muy... bonico. 
En mi primer viaje con el National Express fui a Cardiff. No tenía ningún plan, sólo ir; así que ni siquiera me enteré de que la ciudad estaba en una bahía hasta que me iba y me tiré la mañana en el Museo Nacional de Gales entre colecciones de cucharillas de té y una versión en bronce de "El Beso" de Rodin.  Así se las gastan los galeses. Luego me fui a cumplir mi misión: encontrar una tienda de discos y comprar uno de los Gorkys. Encontré una pequeña, perfecta para mis intenciones pero, para gran decepción e incluso ira personal, no encontraba en su tierra ningún disco de un grupo que tiene un nombre impronunciable porque resulta ser galés. Y cuando vi que tampoco tenían a los Super Furry Animals y ya estaba a punto de insultar a los dependientes por su falta de apoyo a su propia cultura, me di cuenta de que estaba buscando mal. Tenía que mirar en la sección de "Nacional". Pese a los carteles en galés de los que se salían las palabras de lo largas que son  y de haberme perdido por los pasillos del Museo Nacional, no me daba cuenta de que estaba en otro país. Total, que me compre el Barafundle y volví a Inglaterra más contenta que unas castañuelas (o lo que sea que toquen en Gales). 
EN METRO. Para pasar del National Express a poder viajar a Brasil, tuve que trabajar un tiempo en una oficina que estaba en las Antípodas de mi hogar. Unos 45 minutos de metro -además de ir al metro, pegarse y subir- para ir y otros tantos para volver. Necesitaba algo desestresante, enérgico y "buen rollero". Como un huevo Kinder musical. Dinosaur Jr. son los que mejores huevos tienen. No sé cuántas veces habré escuchado el Ear-Bleeding Country: The Best Of, un fantástico recopilatorio en el que no sobra nada pero  en el que siempre me salto "Repulsion", que es la canción que lo abre. Por ahí iba yo: sonriente y con un tic en la cabeza como si tuviese Parkinson. "Freak Scene" en particular es además un temazo de los que se denominan "rompe pistas" (ejem). Creo que sólo lo he escuchado en un pub/fiesta un par de veces en mi vida pero ese momento de comunión melenuda en el "just don't let me fuck up, will you/ 'cause when I need a friend it's still you/... what a mess" es inolvidable; todos gritando la letra más o menos inventada y buscando a algún amigo para poder dedicarle el momento.
EN COCHE. Para conducir lo mejor es cualquier cosa que se pueda cantar. Por tradición, mi máxima admiración para Juan Pardo (aunque no sea con Los Brincos), que acompañó tantos viajes a Galicia y nos distrajo mientras sujetábamos la bolsa de plástico para vomitar mientras recorríamos aquellas curvas de Dios. Y para conducir por la ciudad, tienen que ser Los Chichos; se te olvida el tráfico y las miles de vueltas para aparcar. Esas letras y ese karaoke privado que te montas en el coche y que ni siquiera queda interrumpido cuando ves al señor de al lado mirándote con cara extraña... Grandes.
No sé si por suerte o por desgracia, ya no conduzco vehículos con reproductor de cassette. Así que ahora, si tengo la ocasión de ir en un coche más de media hora, intento llevarme siempre el I will be de las Dum Dum Girls. Las vi en un festival en Polonia (Off Festival, muy barato y muuuy recomendable) porque la descripción que daban de ellas era interesante. Luego resultó que las tías eran más secas que la mojama, por muy monas que sean, y que sólo se salvaba la cantante, Dee Dee, pero nos lo pasamos muy bien y hasta salimos en el YouTube; Salva y yo pasando por delante de la cámara de alguien como si no fuera con nosotros la cosa. Es una pena que ya no esté el vídeo en la red pero todavía es peor que las californianas vengan de gira a España en abril y se salten Valencia alegremente como si no estuviese en el mapa (y dEUS, y Jon Spencer Blues Explosion, y Mark Lanegan... aquí todo el mundo pasando de largo).
Este vídeo no lo iba a poner pero me he acordado de cómo me gusta esta canción, que no sé por qué no incluyeron en el disco, y como me ha costado un huevo encontrarlo porque no sabía el título, pues lo voy a poner. Se supone que es su primera actuación en directo. Ahora son todo chicas y están mucho más estilizadas. Se podían haber quedado como al principio.
PARA PASEAR. Incluso ahora, con el frío que hace, si caminas escuchando a los Teenage Fanclub, todo parece bonito y, aunque te caiga una bomba al lado, todo te va a parecer fenomenal. A mí me costó bastante escuchar discos enteros de los escoceses porque me aburrían pero en directo son tan buenos y el Howdy! es tan espectacular, que cambié de opinión. O puede que sea la edad. El caso es que una mañana de domingo (que es cuando siempre hace sol) con un paseo acompañado de este disco, es como convertirse en Gene Kelly por un rato y protagonizar un musical de los de la vieja escuela. 48 minutos de perfección. "Dumb, dumb, dumb" es uno de mis temas favoritos. Sobre un escenario es sublime y hasta los hooligans más duros se rinden a él. En un concierto de los Teenage Fanclub coincidí con unos muchachos de Manchester que me doblaban en tamaño -y no soy precisamente pequeña- y parecía que estuvieran de despedida de soltero en algún país del este. En realidad habían venido a Londres a propósito para acompañar a uno de ellos que sí era fan del grupo y al que le dieron una sorpresa por su cumpleaños. Al final me confesaron, mientras yo intentaba esquivar la cerveza que se les caía del vaso, que Teenage Fanclub no eran tan buenos como los Stone Roses -la joya de la corona mancuniana- pero que les había gustado mucho y que ya no se iban a reír más de su amigo.
EN BARCO. No voy mucho en barco. Me mareo demasiado. Una vez fui al Isla De Encanta, el festival que hacían en Mallorca, y estuvimos ocho horas en un buque rollo "Vacaciones en el Mar" horroroso. La banda sonora la puso un señor que tocaba el organillo. La Biodramina con cafeína no me dejó dormir y me pasé la noche en una tumbona junto a la piscina viendo como unos se daban el lote y bebían Jack Daniel's en el jacuzzi, haciéndome la dormida para no "cortarles el rollo". Eso no lo arreglan ni Teenage Fanclub.