Para compensar el ruido de la semana pasada me he visto obligada a hacer una playlist "buenrollera" (por eso y porque falta hace), aunque no ha sido fácil. Parece que la tendencia es hacer canciones que nazcan del lado oscuro, tenga éste el matiz que tenga. Y es que, como todo el mundo sabe, es más fácil estar mal que estar bien. Hay que hacer un esfuerzo, hay que creer y hay que quedarse con lo que a uno le convenga, aunque sea sólo con el título.
Hace un par años vi un fantástico documental que se llama Unknown Passage: the Story Of Dead Moon, y me pasé gran parte del mismo preguntándome qué había estado haciendo con mi vida todos esos años... ¿cómo era posible que no hubiese conocido antes a Dead Moon? Son tan buenos, tan simples pero tan únicos, y parecen tan "bonicos"... No sólo "It's OK" desprende buen rollo, toda su historia lo hace: ese señor que ha pasado por grupos de todo tipo desde los 16 años, y esa señora que aprendió a tocar el bajo después de haber parido y criado a tres hijos, son todo un ejemplo. No sólo parece no importarles que el éxito les llegase tarde, sino que ni siquiera lo hace el hecho de que realmente nunca tuviesen éxito. Como sabiamente nos dijo un muchacho en Benicàssim, después de meditar un rato, tras haberle contestado que no a la pregunta de que si nos drogábamos: "Eso [pausa dramática] es de admirar".
Declaro ídola a la señora Toody Cole por liarse la manta a la cabeza y por ese gran momento de "ahora me toca a mí" que nos regala en "It's OK". En este vídeo, donde aparece con su marido Fred Cole en un proyecto anterior a Dead Moon, sólo llevaba un par de años tocando.
"Hope" de los Descendents es de las canciones de autoayuda de esta playlist de las que, en realidad, casi mejor quedarse sólo con el título. Es lo bueno de no hacer mucho caso a las letras, y menos en inglés, que te quedas con lo que parece: "My day will come. I know someday I'll be the only one"; lo cual te puede valer para cualquier cosa, desde "me voy a sacar el carnet del camión" a ganar la próxima edición del Tú sí que vales. Cada uno que se lo tome como quiera. Seguramente será mejor que la realidad, que es más bien: ahora no me quieres pero ya me querrás y volverás arrastrándote, y te diré que "ya te lo dije" y -muy importante- tendré razón. Discurso liberador (de rabia) pero no necesariamente muy positivo, porque ¿si no me quieres ahora para que quiero que me quieras luego? Bueno, no sé, digo yo... Aunque la esperanza es lo último que se pierde... Pero el que espera desespera. Qué lío.
Da igual, dice mi reproductor de iTunes que, de todos los que tengo ahí metidos, este es el tema que más veces he escuchado. Eso sí que no admite discusión ni necesita explicación.
Tengo la suerte de haber nacido en un gran año: 1979. No voy a enumerar todos los "éxitos" del momento pero fue, además del "Año Mundial del Niño" (no me pregunten por qué), una época de buena cosecha musical. Así lo demuestra la tarjeta musical que me regalaron una vez por mi cumpleaños.
Pedazo de foto que he hecho |
El año de la cabra, los Buzzcocks sacaron "Everybody's happy nowadays", un afirmación que probablemente cambiaría tras la subida al poder de Margaret Thatcher (la de verdad) y la retirada de Mohammed Ali del mundo del boxeo. Esta canción es una maravilla de cómo se puede abordar con ironía y sencillez el camino a la felicidad -que diría Punset. Además de este tema, también estaban en el CD recopilatorio del interior de la tarjeta canciones de los Stranglers, Wire, los de "My Sharona" o Stiff Little Fingers. Que piense cada uno en su casa si ha nacido en un año tan guay como el mío. Y eso que se dejaron fuera a Joy Division o los Clash. Ah, también se murió Sid Vicious.
"Everybody's gonna be happy" parece la continuación de la canción de los Buzzcocks, porque desde luego a Queens of the Stone Age no suena mucho. Nada de "stoners" sino más bien gente muy espabilada y alegre. Agradable sorpresa en forma de bonus track en la edición británica de Songs for the deaf. Los malotes también tienen sentido del humor, aunque sea para decir que "everybody" en realidad son "you and me, my love". Y es que aunque el malote se vista de seda... grupazo se queda. La Constitución debería recoger un artículo que obligase a todo el mundo (no sólo you and me) a ir alguna vez en su vida a un concierto de estos señores. Josh Homme es el amo; tanto es así que si él dice que hay que ser "happy", no queda más remedio que serlo.
Josh Homme mola que tremola |
Tim Booth, el cantante de James, también es otro personaje bueno. Tanto él como "Tomorrow" sí son autoayuda de manual ("Gotta keep faith that your path will change/ Gotta keep faith that your luck will change"). Pese a que en Batman Begins hace de malo, parece ser que el tipo, pese a ser de Manchester, es muy místico, al menos antes de que se rapase la cabeza y se dejase perilla. La verdad es que el tema es un "subidón", con perdón por no encontrar otra expresión más refinada. Recorrer la costa gallega con píldoras musicales como esta es un ejercicio muy sano cuyo único efecto secundario es volver a revivir la experiencia cada vez que se escucha. Cada vez que empieza me quedo sin respiración.
Me está costando la vida concentrarme con el karaoke que se ha montado en la Falla de abajo. Voy a tener que escuchar esta playlist unas cuantas veces para superarlo.
Divine Comedy se me presentaron en un concierto que cerraron con esta canción y me enamoré. Todavía hoy, muchos años y conciertos después, me parece uno de los mejores finales que he visto nunca. Rendición absoluta y devoción hacia Neil Hannon por su saber estar, su sentido del humor y por la sintonía de una de mis series favoritas: Father Ted.
Esta lista de la felicidad se cierra con "Tonight we fly" porque es un temazo, porque es bonita no, lo de después, y porque acaba con ese gran: "This life is the best we've ever had".Pues eso.
Por cierto, acabo de tener una iluminación... la canción de QOTSA no suena a ellos porque... ¡es de los Kinks! Ya había atribuido mal las cosas. Ay, qué blasfema soy a veces.
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